Ella solo quería que alguien le acaricie el pelo y le prometa que todo iba a estar bien, pero esas cosas pasan en las películas nomás.
Y cuando todos la vieron ahí desarmada, con mariposas rojas brotando de los huecos que habían causado los cuchillos... a pesar del dolor, todos sintieron algo de alivio.
Tarde o temprano su corazón estallaría, derramando ausencia con olor rancio a amapolas.
Nadie la olvido del todo, pero como es natural en los mortales
Se acostumbraron a su no-presencia... a no oír más su llanto interminable
Y ella, harta , reposó sus mejillas pálidas en el abismo...
Ella descansó sobre la nada... para siempre.