me consuman
en el grito del atardecer.
Que los rojos
y amarillos
se mezclen con la negrura
violácea y lúgubre
de la muerte.
Que el calor
sofoque mis
sentidos abrumados
y defina mi destino oscuro,
funesto...
Que la hogera ardiente
me funda
en su interior.
Que el fuego
termine con mi espanto.